Perú es un país que merece desarrollar.

Quienes hemos vivido épocas en las cuales Perú estuvo a un paso de lograr el desarrollo tan ansiado y este quedó postergado por traiciones rastreras o ambiciones de una oligarquía que siempre está y estuvo queriendo tener el dominio para proseguir con el saqueo, tenemos bien en claro cómo esta gente ha pervertido nobles propuestas por traiciones y robo.

Conocimos algunos de aquellos años 50, cuando Odria nos hizo ver cambios notables en salud y educación y pensamos que por fin tendríamos bonanza y crecimiento, pero luego la política nuevamente nos encasilló en modelos torcidos y entre elecciones y alianzas, el sueño desarrollista quedaría una vez más hecho de lado.

Más adelante, nuevamente un militar nos hizo soñar con recuperar Arica y Tarapacá, pero otro militar se encargó traicioneramente en destruir ese sueño tan justo y reivindicativo y también en encaminar el retorno a una democracia que nunca fue sana, siempre estuvo contaminada por una disimulada corrupción, que poco a poco se hizo desvergonzada y es así que otro ex militar como asesor, usa y abusa de esa corrupción y pudiendo hacer de Perú una potencia, lo lleva al extremo de la corrupción, cuando hasta el narcotráfico utiliza los medios para sus perversos negocios.

Cuando digo que Perú merece desarrollar, es porque estoy plenamente que ello es posible, mas aun si tenemos suficientes recursos para lograrlo. Es posible pagar la inflada e innecesaria deuda y es posible a la vez lograr una reserva tal, que nos permita elaborar un presupuesto capaz de solventar gastos que son necesarios, para hacer de Perú un país autosuficiente y salir de esta situación de empobrecimiento y precariedad; es posible ir dejando de lado programas sociales, que distorsionan nuestra sociedad, tenemos que corregir muchas cosas que nos han convertido en pobladores mendicantes y dependientes.

Tenemos que dar mejor uso a nuestros recursos y producción, para darle un mejor trato y construir una economía fuerte y ejemplar.

Para esto necesitamos recurrir a una educación delineada, de tal modo que reconstruyamos nuestra sociedad, tanto niños como jóvenes y ancianos, todos deben recibir información real y esperanzadora. Perú no es un país que deba recurrir a crédito internacional de billetes, porque podríamos crear nuestra propia banca de respaldo y no inflar nuestra economía con billetes que se hacen humo, con administraciones insanas, tenemos que sanear el aparato estatal, reajustar los impuestos y ordenar lo que concierne a negocios, que hasta hoy no han cumplido con respeto a nuestra caja fiscal.

Del mismo modo, tenemos que reorganizar todo el Sistema Sanitario, en un solo organismo que se oriente a curar y no a la cronicidad de enfermedades, que se hicieron tal por el descuido intencional de su etapa aguda.

Necesitamos proteger a toda nuestra población, sin distingos y enseñar a la gente a vivir respetando la vida y la salud, como medios de respaldo al logro de la felicidad y no como un estado de medidas paliativas, que lejos de brindar felicidad nos da desesperanza y angustia.

Podemos lograr muchas fuentes de trabajo, en base a un mejor trato a nuestra productividad, reordenar el comercio, utilizar mejor nuestros puertos y realizar estudios de mercados, que nos oriente a utilizar la mano de obra en uva industria exportadora de subproductos y no como hasta ahora en solo proveer insumos a la industria extranjera, mientras nuestra población necesita trabajo y dignos salarios.

Para terminar, necesitamos recuperar una vida ciudadana segura, para ello hay que recurrir a una reorganización policial por un lado y la erradicación de elementos antisociales que han creado caos e inseguridad.

Por otro lado, tenemos que recuperar la seguridad previsional, que fue creada con la finalidad de brindar felicidad y trato digno a la tercera edad y no incertidumbre y negociados, que lejos de brindar sosiego nos han convertido en pobladores en incertidumbre, inseguridad y angustia, en una edad que se debería estar protegido y vivir con decoro y respeto.

Todo esto nos llevaría a un desarrollo gradual y certero, con la confianza que en pocos años se verían los cambios, gracias a una buena Constitución y  mediante leyes y decretos que serían elaborados por poderes orientados a buscar el bienestar social, es decir un ejecutivo celoso, con carácter y un legislativo proveedor de leyes orientadas a procurar justicia social.

A la vez se requiere  que el poder judicial se oriente a proveer equilibrio social, de tal modo que el delincuente sea cualfuera su extracción, recibirá un trato ejemplar y disciplinario y quién recurre a los tribunales en busca de justicia, la encuentre, sin necesidad de terciar elementos ajenos, sino que tengamos por seguro que lo salomónico prevalecerá.

En un país con adecuada educación, con un respaldo sanitario acertado, con trabajo disponible de justo salario, y con seguridad ciudadana y previsora oportunas, el desarrollo será imperioso, tendríamos la seguridad de lograr la tan ansiada Justicia Social que por siglos hemos deseado y que es posible conseguir, con toda seguridad que es posible, por eso digo y reitero, que Perú merece desarrollar.

Jorge Paredes Romero

Periodista y humanista peruano

23 enero 2020