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Que tu alimento sea tu medicina
Y tu medicina sea tu alimento



Cuando hace siglos el sabio Hipócrates enunció está frase, estaba seguro que lo fundamental era la nutrición y que en base a ello también podría darse la sanidad de enfermedades y eso es o que efectivamente han atesorado por siglos, sino milenos, nuestros pueblos aborígenes.

Y es que así como determinadas plantas sirven como diario alimento, pues sus raíces podrían ser la medicina. El aborigen no desperdicia nada de lo que la naturaleza provee, utiliza cáscaras, pepas, hojas, tallos, raíces, etc., todo tiene utilidad para ellos y tienen mucha razón.

Aún en la cocina del hogar, hoy se han venido rescatando los follajes y ya sabemos que las hojas de la betarraga, del rabanito y otras, son utilizadas como complemento en la ensalada diaria o también no se descartan tanto los tallos como antes y es así por ejemplo con el brócoli, se va incluyendo el tallo en muchas de las recetas que se preparan con ello.

Mal hacíamos antes, en descartar a la basura partes de las plantas, y consumíamos solo aquellas partes que nos parecían agradables, las preparábamos con preferencia, pero una vez que probamos sus tallos llegamos a comprender su utilidad, su sabor y la economía.

Ahora bien, hay una serie de elementos que aún descartamos y son las pepas, las cáscaras. Pondré solo dos ejemplos: las pepas del limón o de, la naranja, incluso se habla de las pepas del zapallo como vermífugo.

En el caso de cáscaras las de naranja podrían servirnos para agregar al te o simplemente tomarnos un sabroso té de naranja.

Es decir todo en las plantas es aprovechable, incluso para elaborar compost, para quienes practican jardinería o tienen cultivos orgánicos en casa.



Lo cierto es que los pueblos aborígenes tienen un enorme bagaje de las utilidades de las plantas, fritos, raíces, pepas, etc. de los cientos de elementos que ellos utilizan, no solo como alimento, sino exclusivamente como medicina.

De Perú en sus años del descubrimiento, se llevaron a Europa la Quina, cuyas virtudes son tantas que esté artículo no sería suficiente para ocuparnos de ella y hay variedades, lo cierto es que no es la única planta que tienen los aborígenes, ahora hay infinidad de ellas y las han utilizado sabiamente.

Lamentablemente han llegado muchos grupos de personas, que desde hace muchos años se han llevado estos secretos a otros continentes y hay quienes lo han sintetizado, es decir han imitado con la química los elementos sanatorios, pero nada mejor que la misma planta, raíz o fruto.

No es la finalidad hablar sobre alguno en particular, sino llamar la atención a la posibilidad que el estado asuma la responsabilidad de colectar está información, más ojalá sean utilizadas para servir y no para negocio y en todo caso la utilidad sería para estos pueblos aborígenes, porque ellos son los guardianes de esta sabiduría.

La industria farmacéutica se ha dedicado a sintetizar estas medicinas, utilizando componentes químicos y con ello han construido un imperio el cual se ha enriquecido con las enfermedades, pero ya sabemos que los llamados efectos colaterales muchas veces ocasionan daños irreparables, eso no sucede con la medicina natural.

La finalidad de la medicina debe ser curar y no vivir de la enfermedad, pero es lo que estaría sucediendo, lo malo de esta industria es que muchas enfermedades agudas se hicieron crónicas al ser descuidadas y el negocio resultó rentable.

Debemos buscar curar y no vivir de la enfermedad.



Si un organismo dependiente del ministerio de salud, en coordinación con industrias, iniciará un trabajo de investigación simultáneo, con personal de patólogos, químicos, etc., y recopilaran toda la medicina natural practicada en la comunidades aborígenes y pueblos del Perú profundo, podríamos tener un material excelente que debidamente ordenado y respaldado por la ciencia, nos colocaría en situación de procesar elementos biomédicos, con la ayuda de ingenieros técnicos y de mecánica de producción instalar plantas donde esto se procese adecuadamente.

Esto nos llevaría a tener una floreciente Industria biomédica, lo que podría colocarnos en la vanguardia médica, y con la ayuda de personas que a nivel mundial han investigado el tema y han escrito sobre ello nos situaríamos en posición envidiable, sobre todo con capacidad de servir a los nuestros y a la humanidad.

Lo que sí es cierto es, que la Medicina alternativa tiene también seguidores y técnicas terapéuticas muy efectivas, lo cual unido a la herboristería, fototerapia, etc., nos conducirá a mayores logros curativos o vida de mejor calidad, para tantos casos que con la medicina alopática y la industria farmacéutica actual no se obtienen resultados satisfactorios.

Además, la prevención es la mejor medida y ello debería ser motivo para considerar el alimento como la mejor medicina, alimento oportuno y adecuado, prestar atención a la etapa escolar, pero antes mejor, embarazo, pre y post natal, crianza, etc.

Volver al huerto escolar, practicar cultivos hidropónicos, estudiar propiedades de las plantas, frutas, raíces, etc. Investigar sobre las algas y también sobre productos de ríos y lagos como el berro, la murmunta (cushuro), etc.

Lo dejo ahí, pero hay mucho que decir al respecto

Jorge Paredes Romero
Periodista y Humanista peruano
28 enero 2020.

 

 
                                   
 

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